Son muchas las defecciones sobre qué es la imagen corporal. Históricamente, la más utilizada, describe la imagen corporal como la representación mental de nuestro cuerpo que cada uno de nosotros construimos en nuestra mente.
Pero esta imagen mental no es solo una imagen sobre el tamaño y la forma de nuestro cuerpo. Si no que esta imagen mental implica mucho más. Implica también un aspecto emocional, sobre qué emociones siento en referencia a esta imagen que tengo sobre mí mismo. E implica también un aspecto conductual, sobre cómo actúo respecto a mí mismo.
Es decir, el concepto imagen corporal está construido por tres componentes:
– Un componente perceptual, en el que describiríamos la precisión con la que percibimos el tamaño de nuestros cuerpos y de cada una de sus partes. Cuando este componente está alterado tendemos a hacer una sobre estimación, es decir, que tendemos a percibir partes de nuestro cuerpo como si fuesen más grandes de lo que realmente son.
– Un componente subjetivo, en el que se encuentran todas esas actitudes, sentimientos, pensamientos y valoraciones y juicios que despierta nuestra imagen sobre nuestro propio cuerpo en nosotros mismos. Cada vez más estudios muestran como más del 20% de la población total siente emociones negativas en relación a su cuerpo. Y más del 30% de las mujeres se sienten insatisfechas con la imagen de su propio cuerpo.
– Un componente conductual, en el que encontramos todos y cada uno de los comportamientos provocados por esa imagen corporal que tengo de mí mismo. Por ejemplo, evitar ciertas situaciones sociales que exponen mi propio cuerpo a los demás, cómo ir a la piscina o la playa.
– ¿Sientes que tienes que esconderte tras ropa discreta y que te oculte al máximo?
– ¿Sientes que no tienes derecho a mostrar tu cuerpo en lugares públicos?
– ¿Cada vez evitas más situaciones sociales por vergüenza a mostrar tu cuerpo?
– ¿Sientes que tu cuerpo real está muy lejos del cuerpo que deseas?
Cuando la imagen que formamos sobre nuestros cuerpos nos genera pensamientos y emociones negativos, hablamos de insatisfacción corporal.
Suele ocurrir que, cuando tendemos a hacer una sobreestimación de algunas partes de nuestro cuerpo, esta percepción errónea de la realidad nos genera una insatisfacción y preocupación constante relacionadas con ese aspecto concreto de nuestra apariencia física. A esto, le llamamos distorsión de la imagen corporal.
Es muy común que la mayoría de nosotros suframos insatisfacción corporal. Pero es importante aprender a identificar cual es el grado de insatisfacción corporal que siento a cerca de mi imagen. Pues no lo es mismo sentirme descontento frente a una parte de mi cuerpo, que me haga ser consciente de que quiero realizar cambios en mis hábitos alimentarios. O un grado de insatisfacción tan alto que me haga sentir unas emociones negativas tan intensas, que me bloqueen y lo único que me generen son consecuencias negativas en mi propia vida, en mi propio funcionamiento.
Una imagen corporal negativa con alta insatisfacción corporal suele tener efectos negativos en todos los ámbitos de la vida de la persona. Porqué esa insatisfacción genera comportamientos que tienden a buscar la evitación de mostrar el cuerpo. Acaba influyendo en la imagen que proyectamos en nuestros círculos sociales. Incluso podemos llegar también a experimentar dificultades en nuestras relaciones íntimas.
En cambio, puede ser que sea consciente que haya partes de mi cuerpo que me gustaría que fuesen distintas. Pero no eso no implica que mi cuerpo me genere emociones negativas intensas.
Al contrario. La imagen de mi cuerpo puede que me genere más motivación para cuidarme. Porqué, aunque no me guste, aunque prefiriese que fuese diferente, es un buen cuerpo. Y lo quiero cuidar. Lo quiero alimentar y nutrir de manera saludable. Lo quiero ejercitar para que funcione de la mejor manera posible.
Lo quiero y por ello, lo quiero cuidar.
Vivimos en un momento en el que existe una presión estética muy alta en referencia a conseguir un cuerpo concreto. Se propone un ideal estético mediante el cual conseguiremos el éxito en todos los niveles. Se supone que si estamos delgados, estaremos guapos, estaremos sanos y tendremos mucho éxito social y laboral.
Además, varios estudios muestran como esta presión es distinta en hombres y mujeres. A las mujeres se les apremia en la búsqueda del cuerpo delgado. Mientras que a los hombres se les empuja en la búsqueda del cuerpo fuerte y potente a nivel muscular.
Se da por hecho, y nos hace entender, que cuando consigamos estos cuerpos perfectos, es entonces cuando podremos conseguir todo lo que nos hace felices. Y por tanto, así nos sentiremos.
Es lógico que toda esta presión, que podemos encontrar en diferentes entornos, como la familia, nuestros padres, compañeros de trabajo, amigos, anuncios de televisión, redes sociales… nos empuje a tener una mayor insatisfacción corporal.
Y no hay nada más lejos de la realidad.
Si crees que tu cuerpo no merece ser cuidado. Si crees que con tu cuerpo no puedes estar sano. Si crees que con tu cuerpo, nunca lograrás el éxito laboral. Si crees que tienes que conseguir un cuerpo perfecto, para ser feliz. Puede que necesites trabajar esa insatisfacción corporal para mejorar la relación que tienes con tu propio cuerpo.
Mejora tu imagen corporal pidiendo cita en cualquiera de nuestros centros de Menja sa Barcelona, Madrid, Sabadell, Badalona, Palau-Solità i Plegamans, Mataró o Girona. Si lo prefieres también puedes hacerlo mediante videoconferencia con el servicio online. En Menja sa encontrarás a un equipo de Dietistas Nutricionistas, psicólogos de la salud y chefs que te ayudarán a conseguir tus objetivos.
La autoestima se define como una actitud o sentimiento positivo o negativo hacia nosotros mismos. Esta actitud o sentimiento se basa en como evalúo mis características personales. Y una de estas características es la imagen corporal.
Hay muchos estudios que afirman la relación entre autoestima e imagen corporal. Por tanto para mejorar nuestra imagen corporal, te recomendamos que mejores tu autoestima y que aumentes los comportamientos de cuidado hacia tu cuerpo.
Por ejemplo:
– Mejora tu perfeccionismo. El perfeccionismo está relacionado con la persecución de altos estándares personales los cuales son imposibles de alcanzar. Muchos estudios, lo asocian a alta insatisfacción corporal. Y al revés de lo que se suele creer, acostumbra a relacionarse con malestar emocional y baja motivación. Así que intenta ser consciente de tus altas exigencias hacia tú cuerpo, observa el lenguaje con el que te hablas y cambia esos pensamientos por verbalizaciones de cuidado y aceptación.
– Se amable contigo mismo. De la mano del perfeccionismo, lo acompañan muchísimos mensajes de autocrítica hacia nosotros mismos. Sé consciente de cómo te hablas, de si esos mensajes se los dirías a otras personas que quieres (tu mejor amigo, tu hijo, por ejemplo) y cámbialos por mensajes de amabilidad.
– Mejora tu alimentación. Empieza por cuidar tu cuerpo de una manera orgánica y fisiológica. Nútrelo y aliméntalo desde el cuidado. Evita alimentarte buscando un cuerpo perfecto o un peso concreto. Si no, busca una alimentación que cuide a tu cuerpo.
– Practica ejercicio físico. En la misma línea que con la alimentación, cuida a tu cuerpo mediante el ejercicio físico. Practica el movimiento consciente sin buscar un resultado concreto. Si no, disfrutando del proceso, disfrutando de la atención y el cuidado que le estás proporcionando a tu cuerpo.
– No te evites. No te cubras. No te tapes. Todas las partes de tu cuerpo están bien. Son perfectas tal y como son. La evitación de ciertas partes de tu cuerpo solo aumenta la insatisfacción corporal y hace que tu autoestima sea cada vez menor.
– Empezaremos con una entrevista clínica y nutricional para conocer tu contexto y por realizar un proceso único y adaptado a ti.
– Trabajaremos la motivación para aumentar el cuidado hacia tu cuerpo desde la parte más orgánica y fisiológica. Para que empieces a cambiar tus hábitos hacia unos más saludables.
– Aprenderemos a detectar los pensamientos negativos sobre tu figura y te ayudaremos a cambiarlos por pensamientos amables hacia tí mismo.
– Entrenaremos tu atención para mejorar tu percepción sobre las áreas que más te preocupan, ya que generalmente son las que más se distorsionan.
– Mediante técnicas especializadas, aprenderemos a gestionar la ansiedad y el miedo a la exposición de tu cuerpo en las situaciones que mayor malestar te provoquen.
– Aprenderemos a gestionar posibles situaciones futuras que puedan volver a hacer aumentar tu imagen corporal negativa.
Nuestro máximo objetivo es que vuelvas a sentirte bien contigo mismo. Que vuelvas a estar a gusto con tu cuerpo.
Mediante nuestras técnicas, nos focalizaremos en conseguir que desaparezcan esos pensamientos y verbalizaciones que hacen que te sientas tan insatisfecho con tu cuerpo. Trabajaremos para que te vuelvas a querer.
Cada vez más estudios demuestran como el tratamiento para mejorar la percepción de tu imagen corporal ayuda a disminuir el malestar que te produce esa imagen que tienes de ti mismo. Además, mediante nuestras técnicas, nos aseguraremos de que los cambios conseguidos se mantengan en el tiempo.
Trabajando juntos, conseguiremos que la relación con tu cuerpo sea la que mereces.
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